Robert Pattinson, el pálido protagonista de la saga vampírica de moda entre los adolescentes, no puede estar sin su pareja en la película y en la vida real. Acostumbrado a dormir en lujosos hoteles junto a ella, la promoción de Luna Nueva los tuvo separados un tiempo. Él a Japón y ella a Latinoamérica. En la distancia, Pattinson se dio cuenta de que es la chica perfecta. Para demostrárselo escogió un hotel de París, donde el actor cubrió el suelo y la cama con pétalos de rosa, encendió velas por todas las esquinas y esperó que ella entrase para hablarle de su conexión especial.
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